Hace una semana, los corazones de México cantaron las canciones de Juanga como suele ser costumbre. Sin embargo, en esta ocasión cantamos “Amor Eterno” a la misma pluma que creó composición tan hermosa, despidiéndolo con su propio canto y dándole un reconocimiento al lazo tan estrecho que el Divo de Juárez tuvo con cada uno de los mexicanos.
Y es, sin duda, un fenómeno muy cierto: es común que, al momento de la muerte de una celebridad, todo mundo se declare su fan incondicional aún y cuando apenas conozca su obra, pero el caso de Juan Gabriel es totalmente opuesto: al ser autor de más de 1,800 canciones, todos nos conectamos con sus letras, al menos una vez en nuestras vidas.
¿Y qué tiene que ver esto con la mercadotecnia?
Todo. Lo tiene que ver todo, pues Juanga logró –tal vez sin notarlo- lo que todo mercadólogo sueña con lograr algún día: entender el corazón de su público y conectar con ellos a la perfección.
En Macumba, cada uno es fan del gran Alberto Aguilera, y juntos identificamos 7 lecciones de vida (y de marketing) que su vida nos enseñó.
Sólo 7 cosas son insuficientes. Nos dejaste al menos 1,800 formas de hablarnos de lo que siente el corazón, el tuyo o el de tu gente (¿acaso se siente la diferencia?) recibimos de ti sin pedir nada a cambio y tú recibiste todo el amor de un pueblo.
Ahora queda en nosotros hacer de ese amor la base de nuestro futuro, vivirlo como el amor eterno que nos conecta con los demás de la forma en que tú lo viviste.
Muchas gracias Juanga.
Gracias por dejar tu corazón aquí con nosotros.
Descansa en paz.: 1950-1966